Durant la Copa del Món de la IQA 2018 la jugadora de Barcelona Eagles Sandra Trujillo va dur a terme el paper d’entrenadora de la selecció. Una setmana després de finalitzar el torneig ha volgut dir unes paraules a tots els seguidors del quidditch català sobre el que ha viscut en aquest paper que, literalment, li va caure al damunt.
¿Ha sido fácil hacer de entrenadora durante la World Cup? No. ¿Lo he disfrutado? Mucho. Muchísimo.
En primer lugar quiero dar las gracias a dos personas que me ayudaron muchísimo antes, durante y después de la World Cup y que sin ellos no hubiera sido lo mismo ni de lejos: Po y Chema estuvieron ahí desde antes del minuto 0. Me aconsejaron, me ayudaron, me aguantaron y me guiaron.
Dicho esto, era la primera vez que hacía de entrenadora y me estrenaba a lo grande: en la selección con una World Cup. Porque para retos los míos. Intenté prepararme todo lo mejor que pude conociendo a nuestras selecciones rivales y tratando de hacer un estudio de sus jugadoras/es. Quería tener todos los aspectos que pudiera controlados y transmitirle esa información a la selección y así lo hice. Les di toda la información que pude y les traté de dotar con las herramientas para contrarrestarlos. Tenía las alineaciones de salida preparadas y los primeros cambios también listos, solo quedaba ver cómo funcionaba.
“4 y a morir”
El primer día fue un desastre, a pesar de que el primer partido contra México no me dejó del todo mal sabor de boca. Pero el primer día era nuestro entrenamiento, nuestro primer contacto con el terreno de juego y los minutos de juego que no habíamos tenido previamente juntos. Era nuestro momento de conocernos. El segundo día fue otro cantar. Ese día fue nuestro día, donde íbamos a demostrar lo que valíamos y quiénes éramos. Fue duro también porque peleamos todas y cada una de las victorias, pero eso no lo hace sino mejor. Como le dije a Chema la noche anterior “4 y a morir” y así fue. Nos hicimos 4 partidazos ganando la final del lower bracket contra Malasia y luego morimos; pero lo hicimos felices y orgullosos. Y nada me gustó más que ver sus caras y escuchar los comentarios.
He aprendido muchísimo en esta World Cup y he visto las cosas desde otra perspectiva. He aprendido a leer el campo, he aprendido que gestionar los cambios y estar pendiente de todo es realmente complicado y estresante, pero satisfactorio al final (casi como el masoquismo). He aprendido que hay que dejar las emociones a un lado cuando estás en el campo. He aprendido jugadas, trucos, estilos de juego y mil cosas más que estoy deseando poner en práctica por mi cuenta.
También recuerdo perder los nervios en alguna ocasión, pero gracias a mis compañeros que me mantuvieron serena. Po cogiéndome de la cara y poniéndome la parte racional. Couto haciéndome ver las cosas desde otro punto de vista. Àlvaro escuchándome pacientemente, la sinergia que tuve con Bárbara, la mamá de los hermanos maravilla animando hasta el final y cuidando de todos (esas botellas de agua fresquita nos dieron la vida)… Éramos un verdadero equipo y así lo sentí en todo momento. Recuerdo echarme a llorar instantáneamente cuando ganamos el partido contra Malasia y toda la gente que vino a abrazarme. Este mundial me ha descubierto muchas cosas y muchas personas; incluida a mi misma.
Ens agradaria poder mostrar les llàgrimes de felicitat que va treure al guanyar la final de la taula inferior contra Malàisia, però tota la nostra selecció estava celebrant la victòria i no en tenim fotografies.
Agraïm a la Sandra el seu text i voldríem dir que ens ha agradat veure com la selecció no ha sigut simplement un conjunt de gent que ha anat a jugar, sinó que entre tots i totes han sapigut ser capaços i capaçes de crear un gran equip.